jueves, 10 de julio de 2008

Dando respuesta a cada una de las interrogantes y reflexionando sobre los diversos temas tenemos que las estrategias didácticas que utilizamos como fueron un libro fantástico, un CD con canciones y videos infantiles y por ultimo pegatinas están sustentadas de acuerdo a las teorías de:
Serrano (2002). Que recomienda utilizar diferentes cursos como demostraciones de manera que se formen esquemas de conocimientos relacionados con el tema que permitan al lector el procesamiento y la compresión del texto.Piagel Jean (2002). Expresa que el docente propiciara en el aprendiz en especial el de la primera etapa de educación consolidar interés que lleven y otorgan significación a estos procedimientos y desarrollar destrezas en aplicarlos mejor cada día a día. La lectura guiada, en grupo, el cuento, actividades lúdicas, consultas de fuentes impresas y otros de la que el docente se sirva. Harán que el niño se interese hacia la lecto escritura ya que en todo quehacer estas actividades impregnan y hacen necesaria su aplicación.

Por tal motivo decidimos tomar dichas estrategias dado a que les permitirá a los niños interpretar y analizar los que observan y lo que escuchan, en el caso de las pegaminas también es muy bueno dado a que se realizan con diversos recortes de periódicos y esto le permitirá a el manipular,l así mismo se interesara por lo que esta escrito en dicho material y el trabajo que el realizara llevando así un mejor análisis y comprensión.

Así mismo decidimos tomarlas en cuenta porque ya las hemos puesto en práctica y funcionan bastante son muy útiles y a los niños les llama bastante la atención y ponen en practica su creatividad.


En cuanto a los modelos teóricos el que describe con mayor acertividad los procesos de lectura y escritura es el modelo transaccional propuesto por Goodman por que le permite al lector construir su propio texto donde entre lector y texto se da un proceso transacción a través del cual ambos se transforman.


Dando respuesta a la interrogante de que si una persona con discapacidad visual podrá leer, reflexionando todo lo estudiado llegamos a la conclusión de que si, dado a que ellos por medio del sentido del tacto pueden interpretan lo que tienen al frente al tocarlo van distinguiendo lo que esta hay, es decir que una persona con discapacidad visual si puede leer e interpretar, también hoy en día hay un método muy conocido para estas personas que es el método Braile el cual les enseña diversos medios para que se interesen por el aprendizaje.

En cuanto a los movimientos de las manos y la capacidad mental para copiar figuras reflexionando sobre esto, no necesariamente se requiere de esto, de verdad que aquí si nos equivocamos ya que una persona independientemente de sus movimientos y su capacidad es capaz de crear cualquier cosa, pensamos que esto también va en la creatividad que tiene cada uno.

UNIDAD lV
EVALUACION


Como afirma Pérez Gómez (1993), evaluar sirve para tomar conciencia sobre el curso de los procesos y resultados educativos, con el objeto de valorarlos. Es evidente que habrá que tratar no sólo con problemas de índole técnico (cómo obtener la información, con qué pruebas, etc.), sino también plantearnos opciones de tipo ético (qué se debe evaluar y por qué hacerlo; qué se debe comunicar sobre la evaluación de los estudiantes a los padres, a los profesores, a la sociedad; cómo conviene expresar los resultados de la evaluación).



La literatura presenta una gran diversidad de agrupaciones de modelos, enfoques y concepciones de la evaluación, con el propósito de caracterizar los elementos comunes, tanto teóricos como metodológicos. Estas agrupaciones han obedecido a intereses, criterios y momentos históricos tan diferentes que, en vez de aclarar, tienden a confundir por la presencia de un mismo modelo o teoría en distintas agrupaciones.
Una manera lógica de comprender este proceso es asociarlo a la discusión epistemológica de las ciencias sociales. En éste se relaciona el avance del conocimiento científico humano, con las propuestas teóricas y metodológicas que van surgiendo, desde un conocimiento fundamentalmente causal y descriptivo, pasando por un nivel explicativo e interpretativo, hasta llegar a un conocimiento reflexivo y crítico que permite la transformación de la realidad. Es así como Gubay Lincoln (1990) hablan de cuatro generaciones de evaluación. Cada generación implica una mayor profundización y supone una posición filosófica definida, pero, sobre todo, intenta una visión más amplia y holística del objeto evaluado y de su ubicación contextual e histórica. Es posible que algún modelo no esté perfectamente ubicado en una generación por cuanto presenta características de más de una de ellas.

En la primera generación, medicional, la evaluación se entiende como sinónimo de medición. Aparece en un momento en que prevalecía la creencia de que en la escuela se enseñaba la verdad preestablecida y los contenidos se podrían evaluar de memoria. El evaluador es así un técnico que aplica instrumentos válidos para medir cualquier atributo o conjunto de ellos. Estudios previos permiten crear los instrumentos que hacen posible evaluar. Esta forma de evaluación persiste en la actualidad y se aplica principalmente en procesos de admisión y selección, así como para establecer jerarquías entre programas, sujetos u organizaciones.

La segunda generación, de descripción, nace por la insuficiencia de la primera, que sólo es capaz de producir datos. Esta evaluación se caracteriza por la descripción de criterios de fuerza y debilidad con respecto al verdadero estado de los objetivos (Guba y Lincoln, 1990). El papel técnico del evaluador se mantiene y se utiliza la medición como una herramienta que permite realizar la descripción. Según Hernández Poveda (1998), además de su naturaleza técnica, la evaluación se asume como útil para describir la competitividad del individuo, en función de parámetros establecidos (objetivos) en un currículo previamente diseñado.

La tercera generación, de juicios, surge porque los objetivos del enfoque descriptivo presentaban serias fallas. La introducción del término juicio en el acto de evaluación marcó esta tercera generación, la cual se caracterizó por el esfuerzo para emitir valoraciones y en la que el evaluador asume el papel de juez. Guba y Lincoln (1990) señalan al menos tres problemas con este método: la tendencia al direccionalismo, el fracaso para acordar el valor plural y la obligación con el paradigma de investigación científica. Según Hernández Poveda (1998), a partir de esta generación el evaluador se convierte en un juez, que adopta la figura externa, para no influir subjetivamente en el proceso.
Dentro de esta generación, pero con elementos avanzados, se destaca la concepción de la evaluación para la toma de decisiones. Esta es una concepción relativamente reciente en el campo educacional, se basa en la sociología de la organización, el análisis de sistemas y la teoría y práctica de la administración. Se concibe la evaluación como un proceso de toma de decisiones y al evaluador como un técnico procesador de información para proveer alternativas al ejecutivo o administrador. El énfasis de la evaluación se da en la corrección o mejora, a diferencia de las perspectivas anteriores que enfatizan en el juicio.
Esta concepción supone la acción valorativa de la persona o instancia responsable de la toma de decisiones en función de varias alternativas y limita el rol del evaluador al suministro de información necesaria para decidir al nivel de la instancia pertinente. Esto convierte al evaluador en un simple técnico que detecta y recolecta la información. Es importante destacar que la función de juzgar y decidir sobre los entes evaluados, escapa del evaluador (en el caso del aprendizaje el docente se siente separado del aprendizaje del alumno/a).


La cuarta generación de evaluación la constructivista, respondiente, surge como un enfoque alternativo ante las críticas y limitaciones de las tres generaciones anteriores. Se considera que es respondiente porque las bondades y limitaciones no son establecidas a priori, sino que se dan por un proceso interactivo de negociación, donde participan los involucrados; y es constructivista porque designa la metodología fundamental que se emplea, sin negar la presencia del método interpretativo y del hermenéutico. Hernández
Poveda (1998), afirma que en esta generación se revaloran los papeles del evaluador y el evaluado, al punto de que se les concede una participación en donde ambos aprenden y toman decisiones.
El evaluador pierde de esta manera el carácter de juez y se convierte en investigador de procesos para construir hechos que le permitirán comprender el acto de aprender y por tanto de valorarlo. Desde esta perspectiva, la visión es de contexto y de totalidad. Tanto el evaluador como el evaluado son sujetos. Por esta razón, el que evalúa le da significado de acuerdo a la información que emerge como significativa de la realidad, en concordancia con su percepción, por lo que no pretende agotar la riqueza de la realidad sino aproximarse a ella sin fragmentarla, preservando su estructura y dinamismo.
Dentro de esta generación surgen los llamados modelos cualitativos, que se denominan así por cuanto las técnicas básicas que utilizan los evaluadores son la entrevista abierta a profundidad y la observación personal, así como otros métodos típicos de investigación cualitativa. Por otra parte, demanda la cercanía y participación del evaluador en el proceso mismo de evaluación.

Partiendo de estos enfoques y concibiendo la evaluación como un proceso donde evaluador y evaluado donde ambos toman decisiones tenemos que las estrategias de evaluación que utilizaríamos seria:

La observación:
Que permite que a través de los sentidos el (la) facilitador(a) aprecie de manera individual y/o colectiva la presencia o ausencia de indicadores que permitan ir estableciendo los logros en El desarrollo de las competencias en el SER, HACER, CONOCER Y CONVIVIR.

Escala de estimación: donde se evaluaran que composición tienen el niño para aprender a leer y escribir por medio de melodías tomando en cuenta la estrategia didáctica de un CD con canciones infantiles.


Y por ultimo un Registro Anecdótico donde se tomara en cuenta la agilidad que tiene el niño para interpretar diversas ilustraciones.



Todo esto conlleva a que entre facilitador y participantes halla una mejor interpretación y asimilación de los aprendizajes y lleven a un buen proceso de enseñanza aprendizaje.
Participantes: Castro Erika
Camargo Laura
Duque Delcy
Garcia Leida.
Aponte Maryin Seccion A.